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sumario
La AMC sugiere líneas estratégicas de desarrollo científico Urge replantear el vínculo Ciencia- Estado La experiencia demuestra que las nuevas tecnologías se promueven gracias a la investigación científica básica. Bajo tal premisa, la Academia Mexicana de Ciencias hizo públicos los lineamientos estratégicos para el diseño de una política pública que eleve el desarrollo de la ciencia y la tecnología al nivel de "políticas de Estado". El documento "Estrategias para el desarrollo de la Ciencia y la Tecnología en México, en los Umbrales del Siglo XXI" establece, al inicio, una consideración fundamental: "Las naciones que produzcan innovaciones en el campo de la ciencia y la tecnología están en mejores condiciones de controlar su desarrollo inmediato y futuro". México, a pesar de haber logrado construir en los últimos cuarenta años un sistema científico y tecnológico significativo y de calidad, enfrenta retos derivados de la globalización económica que hacen que ese sistema de investigación sea "aún insuficiente". "Es prioritario avanzar en consolidar y ampliar nuestro sistema de ciencia y tecnología", sostiene el documento, mismo que fue entregado, por las vías oficiales, al equipo de trabajo del Presidente Vicente Fox Quesada. En busca de tal consolidación, la Academia Mexicana de Ciencias propuso algunas acciones estratégicas, incluyendo la dotación de autonomía al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. El documento considera que "en este nuevo escenario político de México, los científicos y tecnólogos consideramos urgente replantear nuestro vínculo con el Estado". "Reafirmamos nuestra decisión de contribuir al desarrollo de México, así como la voluntad de asumir nuestra responsabilidad como comunidad científica frente a la sociedad mexicana", concluye. El texto íntegro del documento puede leerse en la página 2 de esta Carta.
Recomendaciones con valor académico En congruencia con la postura adoptada públicamente en varias ocasiones durante el año que concluye que el desarrollo científico y tecnológico debe ser una política de Estado, la Academia Mexicana de Ciencias ha reiterado la necesidad de dotar a esa política con líneas estratégicas sustantivas. Lo ha hecho, esta vez, mediante un documento que bien podría ser la base sobre la cual se construya, con la aportación legítima de otros actores y sectores interesados, el camino de acceso al nuevo estado de la ciencia mexicana: uno en que ésta tenga un papel central en el desarrollo económico y en el mejoramiento paulatino y constante de los estándares de vida de los habitantes de nuestra Nación. La elaboración del documento muestra, por otro lado, las mejores características del papel público que la AMC ha tenido tradicionalmente. Se trata, en efecto, de una serie de recomendaciones susceptibles de ser aplicadas, con un previsible impacto positivo, y hechas públicas sólo al cabo de un proceso de análisis e intercambio de ideas que las dota, por su propio rigor, del valor académico propio de nuestra organización.
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